miércoles, 1 de mayo de 2019

Un largo día

He conocido la felicidad en diferentes formas durante toda mi vida, pero no ha habido una más real, más placentera y más fuerte que la que se resbala en mi sonrisa cuando sólo estás ahí, frente a mí, tan tierna y sencilla, tan atenta y tan humana.
Amo tu sensibilidad, amo la manera en que sé que puedes amar, amo tu forma de ser, amo tus pensamientos, amo tu esencia, amo lo que sos y lo que no, te amo a plenitud porque eres transparente y sincera, porque no eres una farsa, porque no podrías ponerte una máscara. Amo la versión de mí cuando estoy a tu lado, el hombre del buen alma y corazón, dicho por tus labios.

Quiero invitarte a mi vida... Así completa, hacer una mezcla homogénea con tus defectos y los míos, con lo que tienes y lo que tengo, con tus sentimientos y los míos, porque estoy seguro que si así me siento en el poco camino recorrido hasta la luna de hoy, mañana no será la excepción.

Cada minuto que se suma al tiempo en que duramos separados, es una eterna batalla de no saber qué hacer, porque quiero correr hacia a ti y tomarte de la mano para sentirme cerca de tu calor y de tu amor, pero sé que debo esperar el momento preciso e indicado para que sea una realidad.

Soy tu chico, soy tu hombre, soy tu amigo, soy tu compañero, soy tu profesor, soy lo que quieras que sea, soy lo que me gusta ser y aunque no tienes que pagarme, lo haces con tus ojos azules, con tus pequeños labios, con tus abrazos por la espalda.

Te extraño tanto, tanto que no sé cómo decirlo y vengo al rincón de esta oscura habitación a hacer una de las cosas que más me gusta, a escribir sobre lo que siento. Por que veo un mundo pasar frente a mis ojos, veo todo pasando lentamente, siento el tiempo como condena perpetua y sólo es tu cariño al final del sendero que me hace darle honor a mi apellido.

Soy un hombre feliz, quiero que tú también te sientas igual, me siento orgulloso de tenerte, y quiero pensar que esa foto en donde agarras mi mano es para llevarme contigo a todos las aventuras de tu vida, y no que me estás soltando y dejando atrás.

Necesito un buenos días al oído, necesito de tus caricias ingenuas, necesito de tus abrazos que dicen todo, necesito de ti para calmar esta ansiedad, necesito besarte y hacer que entiendas que hoy puedo ser el hombre que deseabas, que sólo es que tú también lo sientas y te dejes llevar por lo que dicta tu hermoso corazón.

Estoy seguro de que quiero compartir mis días contigo. Y si algún día lees esto por favor házmelo saber, porque hay más para ti, sólo para ti, cosas que nunca saldrán a la luz, cosas que sólo presenciará nuestra complicidad y privacidad.

Adoro pensarte, eres una rosa azul clavada en el pecho y sigo aprendiendo a cómo amarte.

- Eduard Guerrero

No hay comentarios.:

Publicar un comentario