sábado, 2 de mayo de 2020

Cosas de madrugada

Dicen que a las 3 de la madrugada se marca el punto de sueño nocturno más profundo en el ciclo adulto normal de sueño-vigilia. "Despertar o ser despertados a esa hora puede hacernos sentir mal o estresados".
Pero a mí me sucede todo lo contrario, porque quien me llama en la distancia, quien me saca de la quinta dimensión y me despierta aliviado con tu recuerdo, eres tú.
Tú me sacas del sueño más profundo cuando tu voz grita mi nombre en la lejanía, tu voz endulza mi oído y me atraes a la realidad, porque cuando despierto, solo eres tú en mis pensamientos.
Un ojo abierto y el otro medio cerrado, en medio de la frenética somnolencia busco una foto tuya porque la ausencia de tu presencia en mi cama afecta mi tranquilidad. Escribirte es un plus y hago catarsis cuando tu sonrisa se refleja en mis ojos.
Mis madrugadas ahora son livianas y llenas de ti, se vuelven horas mágicas en donde sé que tú y yo nos conectamos aunque nuestros cuerpos estén en otra onda. O por lo menos eso es lo que quiero creer, solo tú podrías confirmar esta mutua sensación.

Te pienso tanto, te deseo tanto y a esa hora solo quiero sentir el calor de tu cuerpo arropando mis órganos. Anhelo el sentir de tu mano deslizándose por mi pecho mientras aniquilas mi ser, mientras me induces a tu sexo y alivianas mi peso.

Esta es la hora en que tú y yo nos pertenecemos y nos perdemos. Sé que lo sientes, sé que lo piensas , sé que te sana mi pensamiento y te hace sentir un gustico de dos conexiones cósmicas astralmente alineadas por nuestras energías.

Hay ciento de cosas que describir, hay más cosas que escuchar cuando en mis sueños te presentas y más cosas que decir si a mi lado tú te acercas, hay más cosas que sentir si en el mañana tú me aceptas, hay más cosas de madrugada si me desvelo cuando te alejas.

- Eduard Guerrero

miércoles, 29 de abril de 2020

De la A a la Z 🔥

Antes de comenzar el día tus palabras calientan las mañanas frías de esta ciudad. Bienvenido tu cuerpo que no está aquí a mi lado pero tus ideas y tu voz lo convierten en un holograma palpable, una estupenda sensación de sentirte de verdad.
¿Cómo es posible esto? Nunca había sentido algo similar, nunca nadie logró acariciar mi cuerpo en la distancia y que me hiciera aumentar la respiración.
¿Dónde estuviste antes? Porque ahora no te quiero dejar ir, porque quiero que cada mañana agarres con firmeza lo que firmemente y duro pones con tus relatos.
Estoy aquí sometido a todo lo que tu mente explota y a tu lengua atravesando mi piel. Fiel a tu deseo, a tus ocurrencias y a tu saliva como si fuera exquisita miel.
Gozo de cada verbo, de cada acción y de cada sigiloso movimiento. Hecho agua me dejo beber de tus labios, condenado a tu desesperación.
Inercia se aplica en mi cuerpo por cada roce de tu piel con la mía, experimentada en relatos finos de lujuriosas ideas que de ti yacen.
Juro que no miento, me tienes ido en el vaivén de cada cosa que se te ocurre y mi deseo aumenta su peso. Kilos de pasión contenidos en un solo cuerpo y tu notable aceleración por convertirme en tu caballo.
Lo sabías, lo querías, lo planteaste, eres inteligente pues querías endurecer fuertemente mi herramienta para cabalgarme en tus terrenos.
Moría lentamente seducido por tus pausados movimientos mientras me sostenía de tus caderas.
No, por favor no pares, sigue así con tu relato, me volví un novelista y un lector por esa creatividad que de ti sale.
Ñoño parezco, porque quiero leer y leer sin parar, sentirme ahogado de tu peso encima de mí, pues lo que te pesan son las ganas.
Ofrezco mi elixir de vida si eso quieres, en el lugar que lo prefieras, ya soy tuyo, ya me tienes, no quiero que te detengas y menos que lo desperdicies.
Primero fueron tus suaves caricias recorriendo mi pecho, ahora es tu ritmo aumentando al son de lo que sientes.
¿Qué voy a hacer? Ni tú, ni yo podemos soportarlo. Respiro porque en verdad no tengo aire.
Sostengo mi mirada con la tuya al compás de tus versos, mis masajes en tu pecho con un dedo puesto en cada punta.
Te estoy sintiendo en la distancia, logras hacerlo una realidad. Vivo el momento mientras aprietas con tus pronunciados labios mi firmeza.
¡Wow! ¿Qué ha sido eso? Mi corazón ya tiene problemas cardíacos cuando tus más deliciosas y afinadas melodías llenan la habitación.
Xenofobia no tengo, al contrario, tu acento suma y no resta a cada cosa que me detallas aunque no seas de mi tierra. Y es que ya no podemos aguantar, te mueves y te mueves, ambos sin aliento ya queremos explotar.
Zumbidos se apoderan de nuestro cuerpo y en medio del zigzag, boom, explotamos a la par, con esto ya sé que siempre podré acabar con todo lo que haces y con lo que eres capaz.

De la A a la Z, como llamándote al revés. Como poniendo cada letra del abecedario de principio a fin y después de cada punto. Como cuando empezó esto y terminó en ti. En vos, en lo que sos.

- Eduard Guerrero

domingo, 26 de abril de 2020

Benditos tiempos

¡Te conocí! Sí, lo digo con efusividad porque fue simplemente una divina conspiración del universo trayéndonos al mismo lugar, su plan macabro de estrellarnos en el camino y de invitarnos a tener contacto en estos días de tiempos difíciles.

Me atrapaste, sí, fue lo bien que se te veían los lentes haciendo conjunto con tu cara y tu amabilidad que hacía ameno el momento. 

Aquí, sí, ya en este punto estaba atraído, algo despertaba más interés en mí, por eso seguía ahí, cada hora era más interesante que la anterior pero no me esperaba toparme con la magia de tu sonrisa y con el cómo se ondeaba tu cabello por la brisa que se entraba por tu ventana. Por favor, dime que lo recuerdas.

Me cautivaste, sí, porque no solo fue tu disimulada sonrisa por cada uno de mis comentarios sino la energía que en la distancia destilabas. En esta parte del día las expectativas estaban altas.

Todo pasó en un día, sí, ese mismo día aseguraste que te caía bien y que contaba con tu ser, ese mismo día nos conectamos y entendimos que el clic sí fue por la energía que se volvía más compatible minuto a minuto.

Conocerte cambió mi vida, sí, no habían pasado 24 horas y yo ya lo había puesto sobre la mesa ¿recuerdas? Tú juzgándome y hasta me quisiste decir exagerado, pero es que analiza, en verdad fue así.

Insisto, sí, insisto porque fue una cosa de notables energías en la misma habitación aunque la ubicación fuese a kilómetros de distancia. Pero se transmitía en la voz, en la sonrisa telefónica, en los gestos e incluso en la complicidad que solo nosotros entendíamos.

Fue a mediados de abril, sí, cuatro días después de mi cumpleaños y tú fuiste el mejor regalo, pero no lo sabía, lo vine entendiendo poco a poco al descubrir la bendición que es conversar contigo.

Ya no tenía escapatoria, no, yo no lo sabía pero si hubiese tenido intención de irme, no podría. Sencillamente ya me tenías totalmente atraído a ti y nada era superficial.

Fue el mejor día del 2020, sí, no tengo duda, el universo conspiró, manipuló los tiempos, los espacios, hizo lo posible para reunirnos, hizo eso y mucho más.
Pero ¿sabes? Tu sonrisa lo fue todo.

- Eduard Guerrero